El único gobernador indígena de nuestra historia ejerce una conducción humana, justa y socialmente revolucionaria, recordando y aplicando la máxima artiguista al anunciar la primera reforma agraria de América “que los más infelices sean los más privilegiados”
Felipe Pigna, historiador argentino, sobre Andresito
En la provincia de Misiones cada 30 de noviembre se conmemora el natalicio de Andrés Guacurarí y Artigas, más conocido como Andresito, máximo prócer misionero; un personaje que se destacado por su audacia y valor en defensa de sus ideales, reconocido por ser una de las “caras” del ideario federalista. Andresito fue el héroe de las Misiones, erigido como líder para los suyos por su capacidad de liderazgo.
Desde el 5 de julio de 2012, mediante la Ley Provincial VI Nº155 promulgada por la Cámara de Representantes de la Provincia de Misiones se Declara “Prócer Misionero al Comandante General Andrés Guacurarí y Artigas por sus valores patrióticos en defensa de la Causa Popular y Federal Misionera y su activa participación en la Revolución de Mayo de 1810”.
A nivel nacional, fue una figura poco reconocida durante muchos años pese a su relevancia histórica en el pasado revolucionario argentino. Recién para el 21 de noviembre de 2008, la Comisión de Legislación General, en el salón Delia Parodi de la Cámara de Diputados de la Nación, el dictaminó, por unanimidad, que «se considere el reconocimiento del grado militar del comandante general Andrés Guaçurarí y sea revindicado en la historia de la emancipación, como así también, la creación de una comisión especial con el objetivo de repatriar los restos del héroe misionero». Para el 1 de abril de 2014 por medio del Decreto Nacional N°463/2014 fue ascendido a la jerarquía de General del Ejército Argentino; y declarado Héroe Nacional por el Congreso de la Nación mediante la Ley 27.116, sancionada el 17 de diciembre de 2014, promulgada el 20 de enero de 2015.
Un reconocimiento de este periplo fue que el Congreso de la Nación, mediante la Ley 27.116, incorporó al 2 de julio como Día de la Conmemoración y Recuerdo de Andrés Guacurarí, en el calendario de actos y conmemoraciones oficiales de la Nación. Esa ley fue refrendada por el Consejo Federal de Educación por el voto unánime de su Asamblea; así mismo, mediante la Ley N.º 27.117 se instituyó el día 30 de noviembre como Día Nacional del Mate en conmemoración a Andresito a fin de promover el reconocimiento permanente de nuestras costumbres como así también el Día de la Bandera de Misiones.
¿Quién fue Andresito?
Según los registros históricos Andrés Guacarí, de origen indio guaraní o mestizo, nació el 30 de noviembre de 1778 en San Borja, actual República del Brasil, por aquel entonces integrante de la Gobernación de las Misiones. Con los años emigró a la Banda Oriental, en un momento aún indeterminado, donde conoció a José Artigas quién lo adoptó como hijo y le permitió usar su apellido; en ese contexto accedió a un nivel educativo superior a sus hermanos (hablaba y escribía en tres idiomas, guaraní, castellano y portugués).
El Comandante General Andres Gucurarí y Artigas
Para 1810, cuando se da el estallido revolucionario en Argentina, Andrés se encontraba junto a Artigas (su padre adoptivo) quién se transformó en el líder del pueblo oriental e ideólogo del federalismo, una de las principales líneas políticas de la época. Gracias a la cercanía territorial de Misiones (la provincia alcanzaba hasta más allá de la actual ciudad de Concordia, sobre la costa del Uruguay) y la Banda Oriental las ideas impulsadas por Artigas se extendieron rápidamente entre los guaraníes. En ese contexto de fuertes coincidencias ideológicas entre las masas guaraníes y el ideario federal, es que emerge la figura de Andrés Guacurarí como referente y líder del pueblo en armas.
En 1815, será reconocido como Comandante General de las Misiones, para dar inicio a una de las páginas más extraordinarias de la lucha revolucionaria. Aquella página fue protagonizada por el pueblo originario guaraní, que se movilizó en masa para recuperar su espacio territorial usurpado por los paraguayos y los luso-brasileños, pero también para impulsar en todo el ámbito del litoral los principios igualitarios, democráticos y autonómicos que fueron su razón de ser histórico.
Guacurarí lideró al ejército misionero en numerosas campañas militares. La primera de ellas, contra las fuerzas paraguayas, Andrés recuperó la posesión sobre los pueblos ubicados en la margen derecha del río Paraná. El 11 de septiembre de 1815, frente al poblado de Candelaria, Andresito dictó la intimación al jefe paraguayo, José Isasi, en donde expuso que: “El derecho es el ídolo y objeto de los hombres libres por quien se ven empapados en su propia sangre, me ha obligado, solicitando ellos nuestra protección, a molestar a usted el que se venga con nosotros o deje ese departamento al goce de sus derechos”.
De todas formas, uno de los principales enemigos de los guaraníes fueron los luso-brasileños, seculares rivales desde los tiempos de los Bandeirantes. La diferencia sustancial de ese momento se centraba en la connivencia del poder central del Directorio de Buenos Aires con el enemigo, a quién dieron vía libre para operar sobre Misiones y la Banda Oriental. Ello obligó al ejército guaraní a constituirse en la reserva estratégica de Artigas, tomando parte de las operaciones con suerte dispar, hasta la captura de Andrés en 1819. En su lucha contra los portugueses, Andresito, cumplió un rol muy similar al que desempeñó Martín de Güemes en la frontera norte del país, y si hoy la Argentina tiene estas fronteras se debe tanto al sacrificio de las lanzas guaraníes.
La Guerra Civil, un punto de inflexión en la historia
Fue de destacar la participación de los guaraníes en el marco de la guerra civil durante la década de 1810. Allí, las tropas de Andrés actuaron como una fuerza militar al servicio del ideario federal, principios que no sólo sostuvieron en Misiones, sino que extendieron por toda la región. Entre agosto de 1818 y marzo de 1819, Andresito actuará como Comandante Militar de Corrientes en un hecho de profundo sentido político, revolucionario y simbólico. Era la primera -y será la única vez- en nuestra historia, que un “indio” gobernaba entre blancos.
Las relaciones entre la aristocracia local y el nuevo gobernante no fueron nada cordiales. Guacurarí impusó los principios fundamentales del federalismo artiguista: todos los hombres somos iguales. Entre otras medidas, decretó la liberación de todos los guaraníes esclavizados en las haciendas correntinas, y avanzó sobre la esclavitud negra, a la que concedió la libertad a cambio de que se sumaran a su ejército. A medida que iba liberando indios, retuvo igual cantidad de niños y de jóvenes, hijos de los hacendados que utilizaban a los guaraníes como sirvientes. Luego de una semana de tenerlos en cautiverio, el comandante general llamó a las madres para devolverles a sus hijos, no sin antes hacerles el siguiente comentario: “Pueden llevarse ahora a sus hijos, pero recuerden, en adelante, que las madres indias también tienen corazón”.